¿Sigue de moda ser mujer? Este fue el título del panel que se desarrolló, el pasado miércoles, en la Urna de Cristal del Mercado Sur, como parte del encuentro de literatura ‘Narrativa, ciudad y escritura de mujeres’, que organizó la Universidad Católica de Santiago de Guayaquil y que concluyó ayer.

Los escritores Carolina Andrade, Fernando Balseca y Raúl Vallejo,  la crítica literaria Cecilia Ansaldo y la escritora argentina Angélica Gorodischer fueron los convocados a responder esta pregunta, en un acto que congregó   gran cantidad de público, sobre todo femenino. Moderadora fue Cecilia Vera de Gálvez.

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Andrade manifestó que hay que aceptar que la escritura de mujeres está de moda, con todas las ventajas y desventajas que el término implica. Dijo que estar de moda es una conquista, un espacio que hay que aprovechar, pero que también se hace necesario estar muy alerta, porque la literatura no puede ser predecible.

Balseca se apoyó en la literatura para intentar contestar la pregunta. Citó textos como el Cantar de los cantares, Lolita, Decameron, entre otros. Refirió que uno de los lugares desde donde se puede seguir pensando la feminidad e incluso la masculinidad, es la literatura, porque esta no es solo ficción, sino que posibilita la teoría.

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Ansaldo mencionó los prejuicios que aún subsisten en torno a la palabra feminismo y a la educación que se imparte a hombres y mujeres, e hizo hincapié en la urgencia de que se desechen. Sostuvo que aunque todavía no se puede hablar de un total protagonismo de las mujeres, existen rasgos alentadores:   las mayores compradoras de libros son mujeres.  También son las mujeres quienes más leen. Afirma que son sabias utilizadoras de la soledad y el silencio.

Ansaldo piensa que se han creado estrategias que hacen creer que la mujer está de moda, pero dijo que se debe tener cuidado, porque se puede caer en la trivialización.

Vallejo, para referirse a la situación de la mujer en la literatura, estableció un paralelismo con lo que sucedía en la década del 70, cuando Benedetti  se quejaba de que a él se le preguntaba solo de política y a Borges de literatura. Dijo que llegó un momento en el que, al parecer, la mujer se puso de moda y  las autoras tenían que escribir sobre su género  y se hacían mesas redondas sobre literatura de mujeres, en tanto que a los hombres les siguieron preguntando de literatura a secas.

Gorodischer manifestó que la moda lo banaliza todo y que se debe tener mucho cuidado con ese término, porque los temas básicos, los importantes, no se pueden banalizar. Lo que está de moda, aseveró, son las autoras que escriben  subliteratura, esa que pregona que las mujeres son maravillosas y que sufren mucho por culpa de los hombres.