Fue una de las uniones más extravagantes del mundo del espectáculo: el matrimonio en 1994 entre el rey del pop, Michael Jackson, y la hija del rey del rock and roll, Lisa Marie Presley.
Pero ella asegura que su atracción por Jackson, el segundo de sus tres maridos, era real. En entrevista con la revista Rolling Stone, afirma que le entusiasmaban sus modos misteriosos, quería protegerle de las acusaciones de abuso de niños y pensó que juntos podían salvar el mundo.
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Sí, durmió con él. Y no, no está orgullosa de toda la experiencia. Durante algún tiempo Presley dijo que jugó a ser la buena esposa: besó a Jackson en el escenario de los premios MTV Video Music en septiembre de 1994 a petición de su agente, y defendió a su marido durante una entrevista conjunta en televisión en 1995 con Diane Sawyer.
En cambio, el cantante desaparecía por semanas, dejándola deducir su paradero por la prensa, y molestó a su mujer al afirmar que ella dijo que su padre, Elvis Presley, se operó de la nariz.
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Por la entrega de los premios MTV Video Music en 1995, era evidente que todo acababa. Ella pidió el divorcio y él no le habló durante pocas semanas. El trauma le supuso una crisis mental y psíquica que le duró dos años.