Julio Cortázar es el nuevo blanco del esfuerzo del cineasta argentino Eduardo Montes-Bradley por desmitificar "sin mala leche" a primeras figuras de la literatura argentina mediante documentales sobre su vida y obra.
 
Además, "Cortázar: apuntes para un documental", que hoy se estrena en Buenos Aires, ahonda en aspectos poco conocidos de la personalidad del creador de "Rayuela" y especialmente en su interés por el cine.
 
Montes-Bradley hizo antes lo mismo con Jorge Luis Borges, al que dedicó el documental "Harto de Borges", con Osvaldo Soriano, retratado en "Soriano", y con Osvaldo Bayer, el protagonista de "Los cuentos del timonel", ganador en 2001 del Cóndor de Plata al Mejor Documental Argentino.
 
Para sus "apuntes" sobre Cortázar (1914-1984), el cineasta contó con testimonios de Juan Carlos Onetti, Ernesto Cardenal, Octavio Paz, Alejo Carpentier, Sergio Ramírez y Tomás Abraham, entre otros, no todos ellos elogiosos con el autor de "Todos los fuegos el fuego" ni con su obra.
 
Además consiguió materiales y documentos hasta ahora inéditos, entre ellos películas caseras que el propio Cortázar filmó en Super 8, en los cuales se aprecia no sólo su interés por el cine sino que muestran una faceta de su pensamiento poco conocida.
 
Montes-Bradley se propuso fundamentalmente explicar cómo un escritor apolítico se convirtió en el paradigma del intelectual comprometido, partiendo de una dualidad que el propio Cortázar reconocía cuando decía que se sentía como "Dr. Jeckill y Mr. Hyde".
 
La crítica no ha sido benévola con "Cortázar: apuntes para un documental", una obra de 80 minutos que, según "La Nación", es "un fallido intento por rescatar" al escritor, además de "técnicamente imperfecta".