Hace diez años, durante una visita al Museo Metropolitano de Nueva York, Gabriela González Delloso descubrió la “fuerza y la belleza” de un óleo de 1785 denominado Autorretrato con dos alumnas, Marie Gabrielle Capet y Marie Marguerite Carreaux de Rosemond. La obra era de la francesa Adélaïde Labille-Guiard, artista que hasta ese momento le resultaba desconocida a González Delloso.

Fue en ese momento que esta estadounidense, de madre ecuatoriana y padre cubano, se propuso retratar a las que ella llama “las pintoras olvidadas por la historia”. De esto hace ya una década, tiempo en el cual se dejó seducir no solo por la obra de Labille-Guiard, sino de muchas artistas más.

“Yo cada día me acordaba de esa obra, la obra como que me estaba espantando, como que me estaba hablando, nunca me había pasado una cosa así...”, señala la artista que en esos días estaba trabajando en su primera exposición para una galería de la Gran Manzana.

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Cuenta que en aquella época trabajaba muchas horas al día en sus obras y decidió tomarse un descanso. Quiso leer uno de sus libros y tomó uno que hablaba de 400 años de pintoras en la historia. Afirma que apenas lo abrió, apareció la biografía de Adélaïde Labille-Guiard: fue una revelación. Su misión ahora sería la de pintar a estas artistas olvidadas.

El viernes pasado, González Delloso inauguró en el Museo Municipal la muestra Iluminantes –creada especialmente para Guayaquil– en la que maneja un concepto similar al de su producción, que se caracteriza por plasmar en grandes óleos a pintoras de todos los tiempos.

“Se me ocurrió hacer obras sobre papel especialmente preparado para óleo al estilo de manuscritos iluminados. Entonces lo que yo hice fue que basé cada obra en una pintura histórica y las basé sobre la vida y sus obras”, señala la artista sobre este proyecto que inició hace dos años, y que además de un diseño cuenta con un poema original de González Delloso dedicados a estas pintoras. (I)