Postear o contestar con crítica destructiva o un mensaje de odio en redes sociales, y creer que es menos dañino que hacerlo en persona es un error, el efecto es el mismo.

Así lo considera la psicóloga Maribel Mejía. “El odio es una emoción que ha estado y está presente en nuestra realidad, en nuestro día a día, en las cosas más sencillas como en las situaciones más complejas... el objetivo es aprender a manejar esas emociones”, explica la especialista.

Añade que “las redes sociales se han vuelto un espacio lleno de impunidad, leemos cómo los demás insultan, denigran e inclusive llaman a otros a pensar igual, con el mismo odio, indiferentes al daño que causan”.

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Explica que lo ideal no es censurar una crítica o un comentario, en base a la libertad de expresión que debe regir. “Pero sí es preocupante el nivel de odio que percibimos en internet ante comentarios o ideas que son diferentes a las nuestras, recriminamos a quien opina diferente a nosotros”, advierte.

Ante esto indica que suele presentarse una reacción en cadena o círculo vicioso y ejemplariza: “Si alguien comenta que está en contra de tal ley, otro viene y lo critica y con palabras muy ofensivas, pero sin darse cuenta hace lo mismo que el primero... o sea, uno está en contra de una idea, y quien lo recrimina está en contra de la idea de este”, detalla.

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La homofobia, la política, violencia de género, el racismo, la xenofobia, el fútbol, discriminación y otras diferencias comunes son los temas de discusión que más agresiones generan en redes.

“Eso está arraigado en nuestra cultura, si crecimos llenos de odio, eso vamos a reflejar en nuestros comentarios... Se deberían crear discusiones útiles y no banales”, concluyó Mejía. (F)