Las celebraciones de Epifanía en el pueblo portugués de Vale de Salgueiro incluyen una tradición que todos los años provoca indignación entre los forasteros: los padres animan a sus hijos, algunos incluso de cinco años, a fumar cigarrillos.

Los locales dicen que la costumbre es centenaria, pero nadie está seguro de qué simboliza o por qué los padres compran paquetes de cigarrillos para sus hijos y les animan a fumar.

La edad legal para comprar tabaco en Portugal son 18 años, pero nada prohíbe a los padres dar cigarrillos a sus hijos, y las autoridades portuguesas no intervienen para detener la costumbre.

Publicidad

Guilhermina Mateus, una propietaria de una cafetería de 35 años, dijo que da cigarrillos a su hija porque es tradicional.

“No veo ningún daño en ello porque no fuman de verdad, inhalan y exhalan inmediatamente”, dijo Mateus. (E)