Este año se cumple un cuarto de siglo desde que Francis Fukuyama publicó El fin de la Historia y el último hombre (Editorial Planeta, 1992). El libro forma parte de ese grupo de obras a las que se acostumbran a criticar sin leerlas. En muchos círculos académicos del mundo se ha vuelto hablar de él, y frente a los recientes eventos, muchos han comenzado (finalmente) a leerlo.