A los 25, Nadia pasó algunas noches sin dormir por el dolor intenso que avanzaba desde la parte baja del glúteo izquierdo hasta la planta del pie. Para recuperarse tuvo que hacer terapia física y medicación. “Sin embargo, creo que me quedó como lección cuidar la postura y seguir lineamientos para inclinarme correctamente al hacer cosas como atarme los zapatos y cepillarme los dientes. El dolor vuelve por momentos, pero ahora ya sé qué ejercicios debo hacer para aliviarlo”.