Si el abuelo recorrió América de abajo arriba en motocicleta, el nieto repitió el viaje, pero al contrario: de norte a sur, en autobús, coche y avión. Escribieron, saltaron de país, los dos se dejaron crecer una barba espumosa y murieron antes de tiempo. “Ser el Nieto del Che fue sumamente difícil”, reconoce Canek Sánchez Guevara en un extracto de Diarios sin Motocicleta. “El título no es una burla. Nunca conoció a su abuelo, pero admiraba su valentía por abandonar Cuba para morir por lo que creía. Sí es un juego de palabras y una referencia al libro y la película. Quería criticar los mitos diciendo algo así como tú vas hacia la Revolución y yo vengo”, explicó Alberto Sánchez, durante la presentación mexicana del libro en la Feria del Libro de Guadalajara.