Así como el sol tiene ciertos beneficios para la piel, también tiene un lado perjudicial en determinadas horas. Es ahí cuando entra en acción el protector solar. Su uso correcto determinará si cumple o no su objetivo de proteger el cuerpo.

“El uso correcto del protector solar es muy importante porque de nada sirve que te pongas protector solar todos los días (si no) lo usas adecuadamente”, afirma la dermatóloga Noemí Castillo.

La especialista señala que el efecto del protector solar dura cuatro horas cuando se permanece dentro de casa, tres si se está en la calle o entrando y saliendo de la oficina y dos en la playa, lo que significa reaplicar luego de esos tiempos.

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El uso correcto, señala, es que se lo aplica con la piel completamente limpia. “No es que sudada y ya te toca ponértelo te lo colocas en la piel en donde ya hubo el protector anterior, no, eso no sirve. El protector penetra hacia las capas profundas cuando la piel está totalmente limpia”, explica.

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Para la reaplicación en la playa, la experta aconseja que sea con el cuerpo libre del agua salada, ya que esta atrae más la irradiación, por lo que al salir del mar es mejor lavarse con agua potable.

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Para obtener un mayor resultado, el dermatólogo Enrique Loayza sugiere aplicarse el protector media hora antes, porque hay ingredientes que requieren ser absorbidos. Indica que ponerse el producto unos cuantos minutos antes no va a ser tan efectivo como sería en el tiempo recomendado.

El uso correcto del protector va de la mano con la elección del indicado para cada tipo de piel. Lo que implica saber si es grasa o seca, considerando además si padece de rosácea, acné o alergias, por lo que se recomienda acudir a un dermatólogo cuando hay una enfermedad de por medio, dice Loayza.

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El producto debe ser según el color de tu piel, señala Castillo. Para una piel grasa sugiere en gel, lociones o espray, mientras que para una piel seca en cremas.

La oferta de protectores solares en el mercado es amplia, sin embargo, estos deben tener algunos requisitos para que cumplan el fin para el que fueron creados.

De acuerdo con la dermatóloga Raquel Delgado, al adquirir un protector solar se debe tomar en cuenta que el producto sea para los dos tipos de rayos solares: la radiación ultravioleta A y B. “¿Por qué esto es importante? Porque si se tiene solo para una y resulta que dejan libre la otra protección, de esa manera el sol sigue haciendo daño”, explica.

En el envase de los protectores se puede encontrar dentro un círculo con varias cifras, 30, 50, 60 o más acompañado de las iniciales FPS, que significa Factor de Protección Solar. Según Loayza, el más aceptable es el de 50 o más.

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Delgado, por su parte, indica que para nuestro medio un protector solar debe estar por encima de 30.

El índice de radiación ultravioleta (UV) se puede revisar a diario en un celular y otros dispositivos que tengan la opción de controlar el estado del tiempo. “El tema es que no le prestamos atención”, dice Loayza, quien afirma que el UV seguro normalmente está por debajo de 3 y por encima de 4 conforme va subiendo va disminuyendo la seguridad. (I)