Para los hombres y mujeres conocedores de la medicina ancestral, el cuy a más de servir para preparar platos tradicionales de consumo en la zona andina, también se lo usa para detectar enfermedades, señala el portal eltiempo.com.ec.
Se debe sobar el animal sobre el cuerpo del paciente para que reproduzca las afecciones que tiene, tales como inflamación, pulmonía, asma, diabetes, colesterol, así como las enfermedades más frecuentes como mal aire, espanto, miedo, entre otras.
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Josefina Lema, oriunda de Otavalo y practicante de esta técnica ancestral por más de 25 años, dictó un taller y demostración con participantes y conocedores de la provincia en el Distrito 1 de Salud.
Herencia
Lema expresó a eltiempo.com.ec que su conocimiento lo heredó de sus antepasados en forma de energía.
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“Hasta los 8 años aprendí de mis abuelas, pero luego lo dejé hasta los 20 años, cuando ellas murieron y comprendí que no podía dejar que esta práctica desaparezca. En forma de energía me llegó el conocimiento y me preguntaba quién podría ayudar a mi comunidad, y decidí desde entonces retomarla”, explicó.
“Antes de comenzar con el ritual hay que escoger al cuy y verificar que esté sano. Si se trata de un hombre, el animal deberá ser macho; si es una mujer, hembra; y si es menor de 10 años, el animal debe ser una cría”, indicó Lema.
La limpia
La limpia comienza sahumando al cuy, al paciente y a los familiares que estén presentes. Es decir, se soplará el humo producido por palo santo e incienso, por dos razones: para que permita observar la enfermedad y para que las malas energías no se carguen los participantes.
El animal deberá ser frotado por todo el cuerpo del paciente, hasta que muera. Luego se le examinará el organismo, tanto en la parte externa y en los órganos internos. De esta forma el conocedor retirará con sus manos la piel del cuy, si es de color blanco dará buenos indicios del pronóstico. (I)