Tiene 105 años y fue testigo directa de los días de Adolf Hitler en la Alemania nazi. Pero, no estaba del lado de los que fueron perseguidos en aquella época. Brunhilde Pomsel fue secretaria del ministro de propaganda alemán; en realidad una de las seis secretarias que tenía Joseph Goebbels.

Allí trabajó durante tres años junto al máximo responsable de la propaganda nazi y mano derecha de Hitler. Recientemente, el diario británico The Guardian presentó una entrevista con ella a propóstio del documental Ein deutsches Leben ("Una vida alemana"), estrenado en junio pasado en el Festival de Cine de Múnich, la capital de Baviera, en Alemania.

"Ver la película es importante para mí, porque puedo reconocer delante del espejo todo lo que hice mal", dijo la secretaria del jefe de la propaganda nazi al diario británico.

Publicidad

"Aunque lo que hice no fuera más que trabajar en la oficina de Goebbels", insistió la anciana. "Sé que nadie nos cree, porque la gente se cree que lo sabíamos todo. Pero no sabíamos nada".

Ese trabajo, como ella misma cuenta, incluía manejar las estadísticas de soldados nazis caídos hasta exagerar el número de violaciones de mujeres alemanas por parte del Ejército Rojo soviético.

Asegura que aunque era apolítica, tuvo que afiliarse al Partido Nacional Socialista Obrero Alemán (NSDAP, más conocido como el partido nazi) porque todo el mundo lo hacía", expresó en el documental.

Publicidad

Confesó que sí tenía conocimiento de la existencia de los campos de concentración, aunque no sabía cuál era su función real y por ello no siente culpabilidad. Brunhilde Pomsel dice que en esa época se creía que "no se quería que la gente fuese a la cárcel de forma inmediata, así que todos suponían que iba a los campos de concentración para ser reeducada".

Terminada la Segunda Guerra Mundial y luego del sucidio de Hitler y del propio Goebbels, la secretaria Brunhilde Pomsel pasó cinco años en una prisión soviética.

Publicidad

"Me trataron muy mal y yo no había hecho nada", dice en el documental. (I)