Los chocolates amazónicos Tsatsayaku o Wiñak, de asociaciones agroartesanales, forman parte del Octavo Salón del Chocolate, que se realiza en el Centro de Exposiciones Quito y que culmina hoy.

Wiñak significa desarrollo y progreso, según Flor Salazar, integrante de la asociación que reúne a pequeños agricultores kichwas del cantón Archidona, de la provincia del Napo.

Agrega que son proveedores de empresas que procesan el cacao para hacer barras de chocolate de exportación. De 257 productores kichwas, el 66% tiene participación femenina.

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En el cantón Arosemena, de la misma provincia amazónica, se ubica la organización Tsatsayaku. Ligia Ávila, quien forma parte de las 200 familias que cultivan el cacao mediante agroproducción, explica que las plantaciones de cacao las ubican junto a plantas forestales y aromáticas.

Ávila mencionó que la relación entre el cacao y su cultura se da por la utilización del sistema chacra, del que obtienen también los productos para su supervivencia como la yuca, la piña, las naranjillas, hierbas aromáticas como la canela.

Zamora Chinchipe es otra de las provincias que forman parte de la muestra chocolatera. Según el prefecto Salvador Quishpe, un grupo de arqueólogos franceses y ecuatorianos descubrió los restos arqueológicos de Palanda y encontró que hace más de 5.300 años ya se cultivaba cacao en la cuenca del río Mayo, en Zamora Chinchipe.

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A decir de Marcela Costales, viceprefecta de Pichincha, el cacao es un producto identitario, pues arqueólogos, lingüistas antiguos, como son los de la tradición oral, hablan de la existencia de este producto en el Oriente desde hace muchos años. (F)

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Salón

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Entrada
El Salón del Chocolate reúne a 59 estands, entre grandes, medianos, pequeños y de microempresas. Ofertan chocolates y sus derivados. El ingreso cuesta $ 2,50, de 09:30 a 19:30. Además hay talleres y conferencias.