<strong>Por Sergio Pérez</strong>En una noche llena de ritmos, música, extraordinariamente dinámica y arte a su máximo esplendor, el Trío Zíngaro llenó la Sala Zaruma del Teatro Sánchez Aguilar con el folclore gitano de Europa del Este, apoyado en Marcelo Pepper y Álex Rodríguez, dos extraordinarios violinistas pertenecientes a la Orquesta Sinfónica de Guayaquil, y Gustavo Vargas, director de la carrera de Música Contemporánea de la Universidad Católica de Guayaquil, al piano.Arrancaron con 2 Guitarras y toda la energía de la danza húngara, un folclore de sentimiento muy fuerte, cambiando bruscamente de velocidades en violín. Arrolladora y melódica la maestría de violines interpretó La danza húngara, luego de una corta introducción de Gustavo Vargas.Hava Nagila, conocidísima y tradicional canción hebrea, utilizada hasta por Harry Belafonte el siglo pasado, fue tocada a gran velocidad en gran despliegue virtuoso, que enfervorizó el ánimo del público con la energía desbordante de la música.Kalinka, a continuación, nuevamente pasando de muy lenta a muy rápida, fue un verdadero Tour de Force de los violines, emulando un conjuro de amor.En el tema de la película La lista de Schindler, escrita por John Williams, tocaron Álex Rodríguez, expresivo al máximo en violín, y Gustavo Vargas al piano, mientras que Carolina Pepper interpretaba el calvario judío con movimientos de danza contemporánea, cambiando el panorama al recorrer los escalones del escenario con movimientos torturados, sorprendentes, para un público, en gran medida, de la tercera edad.Ojos negros, canción rusa del género de la romanza, ofreció la intervención de la soprano Vanessa Regalado como invitada con gran dominio vocal, junto al piano, para luego dar paso a un torrente de violines.Ya en Beautiful Blue Eyes Juan Carlos Jiménez en batería y Mafer Díaz en contrabajo entraron en escena, tocando a toda velocidad en gran coordinación.Zorba el Griego provocó una fuerte reacción del público, luego de un comienzo muy lento, y Czardas, un baile tradicional húngaro sumamente conocido, que tiene 5 variaciones de tempo, y los violines tocando por turnos, enloqueció al público en lo mejor de este concierto. (O)