Un ambiente especial envuelve al santuario de la Divina Misericordia, en el kilómetro 26 de la vía a la costa. En el ingreso al complejo permanecen las vallas de bienvenida al papa Francisco, detalle que hace indeleble la visita del pontífice, hace algo más de ocho meses, cuando llegó al templo y bendijo a niños, adultos mayores y enfermos, antes de dirigirse a la misa campal en el Parque Samanes.