Noche de alcohol con amigos. El más tímido se pone supersimpático, el buena onda se vuelve aun más buena onda, otro ni se inmuta a pesar de llevar encima unas cuantas copas de más y el de siempre está a punto de armar pelea.
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Aunque los autores del estudio resaltan que los resultados tienen limitaciones, esto marca un precedente en un área poco explorada.
Noche de alcohol con amigos. El más tímido se pone supersimpático, el buena onda se vuelve aun más buena onda, otro ni se inmuta a pesar de llevar encima unas cuantas copas de más y el de siempre está a punto de armar pelea.
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