"Si hoy es el Día Internacional de la Felicidad, ¿qué son los otros 364 días del año, los días del sufrimiento?", dice entre risas la monja budista Lhumdrup Damcho, más conocida como Venerable Damcho.

Por primera vez en Ecuador, la monja budista conversó con este medio y compartió algunos consejos para encontrar lo que ella llama: la fuente inagotable de alegría.

Sorprendida por la existencia del Día Internacional de la Felicidad, Venerable Damcho opina que la creación de esta fecha implica el reconocimiento de que lo que hacemos de forma cotidiana no nos está dando felicidad.

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"Con cada acción que hacemos estamos buscando la felicidad. Esto no es budista, incluso los filósofos griegos lo dijeron. Buscamos lo que creemos que nos va a dar felicidad, pero vale la pena preguntarnos ¿qué es lo que realmente aporta felicidad", reflexiona la monja que nació y creció en Nueva York.

Al igual que en su canal de Youtube FaceBuda, Venerable Damcho utiliza ejemplos de la vida cotidiana para explicar las enseñanzas budistas. Por ejemplo: "Se suele creer que felicidad es ir a la playa, tomar el sol, sentir calor, meterse al mar para enfriarse, salir para volver a sentir calor y continuar así; pero esto es solo un momento más placentero que el anterior, pero es totalmente inestable (...) La felicidad puede ser un estado permanente".

Entonces, ¿dónde buscar la felicidad duradera?

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Venerable Damcho, que antes de ordenarse como monja ejerció el periodismo en Nueva York y en Hong Kong, detalla que una de las enseñanzas básicas del budismo tibetano es que debemos reconocer que la felicidad no se encuentra en ninguna otra parte que no sea en su propio interior.

"El planteamiento general del budismo es que cuando eliminamos la confusión emocional y mental tenemos la capacidad de ser sumamente felices todo el tiempo", explica la también doctora en Estudios Asiáticos.

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Ella detalla que existe mucha confusión y falta de sabiduría para escoger qué deseos se deben cumplir y cuáles no. "Podemos tener deseos que conllevan una dirección positiva: deseo ser una buena persona, deseo contribuir al mundo, deseo liberar a los seres cercanos del dolor... pero los deseos de satisfacción personal (como el ejemplo de ir a la playa) son como beber agua de mar para saciar la sed".

El deseo como estado mental

El budismo es un sistema filosólico, psicológico y espiritual (que incluye a los dos), aclara Venerable Damcho, y menciona que el deseo es un estado mental donde nos reconocemos a nosotros mismos como pobres y carentes, donde no vemos lo que sí tenemos sino que solo nos enfocamos en aquello que no poseemos.

Bajo esta perspectiva de carencia, explica la monja budista, no importa cuánto tengamos porque lo que realmente queremos es seguir adquiriendo lo que no tenemos. "No hay un punto donde llegamos y decimos: ahora sí tengo lo que quería, porque la mente de deseo, la actitud de desear en sí, está continuamente impulsándonos a buscar otra cosa", detalla y añade que esta es una causa de sufrimiento.

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Primer paso para el cambio: generosidad

Venerable Damcho comparte que la primera enseñanza de Buda para las personas que empiezan en el camino budista es: Tu no eres una persona carente, tu sí tienes. Aún si no tienes recursos económicos, tu puedes dar una sonrisa, puedes dar amor, puedes dar tu tiempo.

Con una sonrisa en su rostro, la monja detalla: "El mensaje más básico de las enseñanzas budistas es que la raíz de la felicidad no existe en ningún lugar que no sea dentro de ti, en tu propio ser y corazón. Que la capacidad que tenemos de conectar desde el corazón con otro ser, de abrirnos a conectarnos con el medio ambiente, con los animales y sobre todo con las personas cercanas, es la fuente inagotable de amor y de compasión (entendido como amor incondicional) que tenemos dentro de nosotros. Esa capacidad es el pozo profundo de donde podemos sacar toda la felicidad que queremos". 

Abandonar hábitos que causan sufrimiento

"El hábito más dañino que tenemos es el hábito de culpar o de pensar que son las condiciones externas o las personas externas lo que nos provocan sufrimiento", reponde Venerable Damcho ante la solicitud de consejos para iniciar el camino hacia la felicidad duradera.

Ella detalla que conectados a este hábito de "culpar", se suma el hábito emocional de enojarse o enfadarse; pues esta visión impide analizar dentro de sí mismo.

"El hábito de echar la culpa nos incapacita de construir nuestra propia felicidad y de conectar con nuestra propia capacidad de amar", explica. Venerable Damcho toma como ejemplo a una relación de pareja, donde se cree que la otra persona es la responsable de ese sentimiento agradable de amor. Pero esto es una confusión, dice. "Olvidamos o ignoramos que ese sentimiento agradable es nuestra propia capacidad de amar, que no depende de otra persona externa", enfatiza. 

Conexión hacia el interior y el exterior

Venerable Damcho reconoce que, al inicio, las enseñanzas budistas pueden parecer confusas o contradictorias, porque obligan a replantearse el modo de ver la vida, el significado de "éxito" y "felicidad", pero que cuando se descubre que la fuente está dentro de cada persona, entonces todo toma sentido. 

La monja budista ofrecerá un conferencia gratuita para el público en general bajo el título "Llevando una vida sustentable", este martes 25 de marzo a las 19:30 en el Museo Municipal de Guayaquil (Pedro Carbo y Sucre). En Guayaquil su visita es coordinada por la Sangha (comunidad) budista: Centro Dharma Kagyü Teckchen Chökor Ling.