En los siete días que el papa Francisco estuvo en Río de Janeiro, para presidir la XXVIII Jornada Mundial de la Juventud, uno de los momentos más conmovedores de su viaje fue cuando sostuvo entre sus brazos a un menor que salió de entre la multitud que seguía uno de los recorridos públicos que el pontífice hizo por las calles de esa ciudad carioca.