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La situación se remonta a 2012, durante la presidencia de Cristina Fernández de Kirchner.
La petrolera YPF, controlada por el Estado argentino, indicó que "difundió oportunamente todos los aspectos materiales del contrato celebrado con Chevron", informando tanto a las Bolsas de Buenos Aires como a los reguladores de los mercados de Argentina y Estados Unidos.
"La perforación de al menos diez pozos, recuperación mejorada (EOR), y actividades tendientes a incrementar la producción de petróleo" en el campo ubicado en Napo, según un comunicado de YPF.
El medio argentino tuvo acceso a una fuente del gobierno de ese país; el presidente ecuatoriano explicó su malestar por el acuerdo, cuando él ha iniciado una campaña contra la petrolera norteamericana.
Adolfo Pérez Esquivel denunció que Chevron planea usar para extraer el petróleo con una técnica prohibida en muchos países, que es "muy peligrosa" y supondrá daños irreparables para la tierra.
Se explotará el yacimiento de Vaca Muerta, el tercer reservorio de petróleo y gas no convencional del mundo, con 802 billones de pies cúbicos de gas no convencional y 27.000 millones de barriles de petróleo.