15 de marzo de 2022. Ciudadanos autoconvocados se reunieron en el parque El Ejido (Quito) para protestar en contra de las amnistias otorgadas por la Asamblea Nacional. API / HAMILTON LÓPEZ Foto: API


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De una tremenda corrupción, inconcebible, sin vergüenza alguna, complot amañado, califican unos ecuatorianos el hecho de que 268 personas fueron amnistiadas por delitos que enfrentaban. (I)


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Genoveva Martínez

La amnistía que concedió la Asamblea Nacional por los hechos vandálicos –sobre todo contra Quito– del paro nacional de octubre de 2019 no tiene nombre, es una tremenda corrupción.

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No se puede esperar otra cosa de una clase política que demuestra que no ama al Ecuador. (O)



Marcelo Sáenz Miño

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Opino que el problema no es la institución, son sus componentes. Urge una reforma a las leyes para que los elegidos por el pueblo para ser sus representantes por lo menos tengan un mínimo de preparación, de capacidad para pensar y discernir.

No puede ser posible que antes de recibir, leer y analizar un proyecto de reforma de ley ya se oponen. No puede ser posible que aprobaron un ley de amnistía para más de doscientas personas sin analizar las causales una por una. Es decir, ¿priman la ignorancia, el interés personal, ciertos caraduras que quieren dar al traste con la democracia para captar los poderes del Estado que ya les ayudaron a robar? A ciertos representantes se les debería prohibir su participación política de por vida. Y es inconcebible verlos defender lo indefendible sin vergüenza alguna. (O)



Sucre Calderón Calderón

La ciudadanía en general está extrañada y molesta por tal proceder de una mayoría de la Asamblea Nacional cuyo deber era hacer respetar las leyes, los procesos jurídicos ya iniciados contra algunos de los dirigentes indígenas y de muchas personas que participaron activamente en la destrucción de bienes, de la seguridad y en contra de la humanidad de los miembros de la Policía Nacional, de las Fuerzas Armadas, quienes intentaron en algo evitar mayores males de parte de dichos grupos vandálicos.

La amnistía fue todo un complot amañado sin escrúpulos de quienes así lo decidieron. La ciudadanía respalda la indignación que públicamente mediante sus columnas de opinión en diarios y revistas han expresado articulistas que tachan tal decisión parlamentaria de inconstitucional. Debo adherirme a todos los comentarios de prensa, de televisión, de radio y por teléfonos celulares repudiando la actitud de unos pocos que lograron con artimañas una mayoría de asambleístas.

Debo felicitar al grupo de legisladores que votaron en contra o se abstuvieron de votar, que no aprobaron tal nefasta decisión asamblearia de dicha amnistía. (O)