El accidente de tránsito múltiple que ocurrió el pasado sábado en la vía a Guayllabamba, en el norte de Quito, impactó no solo a la comunidad capitalina, sino también al país por las escenas de horror con muertos, heridos y más de 20 vehículos destruidos.

La noche anterior, otro accidente en la vía Perimetral, considerada como una de las siete vías que lideran la mayor siniestralidad en la provincia del Guayas, también causó conmoción. Un tráiler que llevaba un contenedor aplastó a cuatro vehículos. Hubo heridos. Ayer, las carreteras siguieron sumando accidentes. Las estadísticas preocupan: 6.547 siniestros de tránsito entre enero y abril del 2023; 736 fallecidos in situ y 5.891 lesionados.

Lamentablemente, con estas cifras el Ecuador se mantiene en la lista de los países en Sudamérica que tienen altos niveles de siniestralidad vial con un número de fallecidos como consecuencia de estos percances.

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El conducir desatento sigue siendo la principal causa de fallecimientos en nuestro país y supera a las causas de manejar a niveles de velocidad no permitidos, por invadir vías, por irrespetar las leyes de tránsito y por conducir alcoholizado.

La tragedia del fin de semana en la vía a Guayllabamba, que involucró a un camión que transportaba gaseosas, se habría dado por una rotura de frenos. ¿Qué están haciendo las autoridades encargadas de los controles y aprobación de las condiciones mecánicas de un vehículo para que pueda circular bajo condiciones seguras? Son acuciantes mayores controles y medidas radicales para quienes se atreven a conducir un vehículo en malas condiciones, sin revisión o evadiéndola.

Es apremiante, conciencia ciudadana al volante con el respeto de las señales reglamentarias de tránsito y una mejora del comportamiento de todos los actores de la movilidad para una conducción más segura. Además de una ciudadanía colaborativa y atenta que extienda la mano para que en casos como el de la vía a Guayllabamba y el de la Perimetral se puedan salvar vidas. (O)