La manipulación con inteligencia artificial de fotografías de niños en Almendralejo (España) para que los cuerpos aparezcan desnudos es repugnante y se suma a la preocupación por los hechos ilícitos que se pueden cometer usando la tecnología, que empleada adecuadamente es un aporte a la humanidad y ese debería ser su fin.
En el caso de Almendralejo, según la prensa europea, los autores serían otros niños y adolescentes. Algunos no pueden ser imputados por ser menores de 14 años y así lo establece su legislación.
No es extraño que el manejo de la tecnología sea más cercano a una generación que nació con ella, más allá de que cualquier adulto interesado ingresa sin mayores problemas al mundo digital. El acompañamiento de cada país es primordial en los nuevos escenarios sociales.
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La educación digital, entonces, no puede separarse de la ética y el respeto. Además de que los más jóvenes deben tener plena consciencia de que sus acciones tienen consecuencias.
La pornografía con el uso de inteligencia artificial ocurrida en España es una gran alerta para los Gobiernos del mundo.
La legislación sin duda también debe ser revisada con la nueva realidad y mejorar los controles digitales, estableciendo ilegalidades y sanciones.
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En el caso de Ecuador, los delitos informáticos están penalizados, pero el detalle de nuevas modalidades vuelve necesario que los asambleístas electos trabajen en reformas.
Hace doce años, en el país se creó la Unidad de Investigación de Delitos Tecnológicos de la Policía Nacional con el propósito de “detectar, identificar y neutralizar las conductas ilícitas”. En México existe un ente similar que actúa de oficio para detectar acciones indebidas en el mundo virtual.
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Habiendo un organismo de investigación, se asume que hechos como los de España no se han dado en Ecuador, pero hay que insistir en reforzar controles y trabajar en prevención de delitos, así como en el cuidado de las personas vulnerables expuestas. (O)