Las críticas no son malas porque permiten al ser humano mejorar, corregir errores y son superiores si están acompañadas de propuestas. Ecuador necesita que los actores políticos asuman que en los momentos de crisis profundas como la que vive el país con la inseguridad, buscar debilitar al rival solo afecta a los ciudadanos, igual que llevar el tema a la categoría precampaña electoral.

Tampoco se pueden denostar o menospreciar los planteamientos, independientemente de donde vengan. Hay que analizarlos todos y tomar los que apliquen a la urgencia que representa la toma de instituciones públicas y privadas con salida en vivo de amenazas con armas a trabajadores de TC Televisión tras una noche y madrugada de secuestros, amenazas y fugas de cárceles.

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El domingo se conoció que un sentenciado reconocido no apareció en su celda de la cárcel Regional de Guayaquil y empezó el caos: toma de rehenes en otros centros de rehabilitación, secuestro de policías, explosivos en un paso peatonal de Quito, en viviendas y en vehículos en al menos nueve ciudades del Ecuador. A esto es lo que se debe atacar en unidad.

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Es propicio que el presidente Daniel Noboa convoque a todos los sectores a sumar esfuerzos para recuperar la paz para el Ecuador. Cabe el llamado a apoyar el trabajo de las Fuerzas Armadas y de la Policía en el que ha insistido el mandatario y también es menester respaldar al jefe de Estado en una lucha que es de todos.

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Los egos, la política y los intereses particulares sobran en este momento. Hay que aprender del pasado cuando en crisis como los enfrentamientos con Perú el “ni un paso atrás” era una sola voz.

El caos generado ayer, 9 de enero, con la toma armada de TC Televisión y de hospitales públicos en Guayaquil, rebasa todo nivel de violencia vivida en el país. No se ha respetado ni el lecho del dolor de niños y adultos internados por enfermedad. Ahora solo la unidad de los que queremos la paz y la madurez de los actores políticos pueden dar esperanzas. (O)