El diésel amaneció con un nuevo precio y activó las advertencias de protestas indígenas y grupos sociales por la eliminación de los subsidios a los combustibles, que ha sido un tema sensible y duro para los gobiernos y que trae malos recuerdos de los paros nacionales que caotizaron al país.
El anuncio fue sorpresivo. En la noche cuatro ministros daban la noticia en una cadena nacional, los decretos ejecutivos para implementar el nuevo cálculo del precio del diésel y las medidas creadas como compensación salieron uno tras otro y a la medianoche en las gasolineras ya se cambiaba el precio de $ 1,797 a $ 2,80.
Transportistas de Guayaquil rechazan eliminación del subsidio al diésel y anuncian acciones
Los primeros en reaccionar fueron los dirigentes de movimientos indígenas, que en los años 2019 y 2022 protagonizaron las protestas que llegaron a la violencia, por lo que los gobiernos tuvieron que retroceder en su intención de eliminar este subsidio. La Confederación de Nacionalidades Indígenas del Ecuador (Conaie) aseguró que el Gobierno está llevando al límite la paciencia popular y convocó a sus bases a mantenerse en asambleas permanentes.
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Transportistas de Pichincha resolvieron paralizar desde este lunes el servicio hasta que se los llame a una mesa de trabajo.
Para ellos, el Gobierno estableció una compensación mensual de entre $ 400 y $ 1.000. Así como ya se hizo con taxistas cuando se implementó el nuevo sistema de precios para la gasolina extra en junio del 2024. De eso ya pasó un año y no se dio un impacto en la inflación ni hubo protestas. Entonces distribuidores de combustible, transportistas y analistas evaluaron que se tuvo buena respuesta de la ciudadanía, una focalización selectiva, compensación, comunicación efectiva, junto a disciplina macroeconómica y una coyuntura política y social más favorable.
Precio del galón de diésel sube de $ 1,797 a $ 2,80
También pesan voces a favor para que el subsidio no se siga desviando no solo a quienes no lo necesitan, sino a actividades ilícitas. Lo importante es que el Gobierno tome las decisiones duras dialogando y que, del otro lado, no se reactive la amenaza de paros que tanto daño le han hecho al país. (O)

















