Ecuador inicia la última semana de julio entre tensiones e incertidumbre. El jueves anterior, el Gobierno anunció la reducción de 20 a 14 ministerios y de 9 a 3 secretarías de Estado, además del despido de 5.000 servidores públicos. Gremios sindicales anuncian protestas; activistas ambientales hablan de riesgos en las fusiones ministeriales; los colectivos culturales acuden a la acción de protección y plantones, mientras los sectores productivos observan en las medidas del régimen un paso positivo hacia la sostenibilidad fiscal.
En el país la ciudadanía ha tenido que irse adaptando a decisiones difíciles, pero exige rutas claras y explicaciones detalladas sobre el impacto en la economía.
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La aspiración es que tras el feriado local del 25 de julio, en que las autoridades se trasladaron a Guayaquil para celebrar su proceso fundacional, se abra un espacio de difusión con argumentos, diálogo y deliberación transparente para que cada uno pueda tomar una postura informado, sin apasionamientos, doctrinas o tendencias que en nada aportan al desarrollo.
Desde los ministerios de Educación, Turismo y Obras Públicas, a los que se adhieren otras carteras, se ha informado que los proyectos y servicios a la colectividad se garantizan y que las carteras se encuentran en un periodo de transición y fusión dispuesto por el presidente Daniel Noboa para la eficiencia administrativa.
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Para que estos comunicados no se vuelvan retórica deben esta semana conocerse tiempos y metodologías de fusión, a qué ministerios acude la ciudadanía por trámites pendientes y beneficios puntuales de los cambios. Hay mucho por escuchar.
Sectores económicos han dicho que la reducción del gasto público es inevitable, mas debe estar acompañada de responsabilidad técnica, sensibilidad social y claridad política. El mandatario expresó su postura el 25 de julio: “Sacar a la gente que no estaba comprometida con el país... y darles oportunidad a jóvenes y profesionales de servir con compromiso, amor y no boicotear al Ejecutivo”. Su explicación de los efectos en el fisco está pendiente. (O)