El debate de los candidatos finalistas a la segunda vuelta electoral por la Presidencia del Ecuador será el 23 de marzo, 24 horas antes de que se inicien oficialmente los 17 días de campaña establecidos para el balotaje del 13 de abril próximo.
Sin duda despertará expectativa porque Daniel Noboa y Luisa González, los postulantes, se enfrentarán en vivo por primera vez en este proceso, pues en el debate de la primera vuelta estuvieron en grupos diferentes por sorteo.
El Comité Nacional de Debates Electorales está activo. Su papel es clave para el planteamiento de los cinco ejes temáticos que tendrá la cita de dos horas, pero la responsabilidad de los candidatos en el abordaje de los temas, las propuestas y su desarrollo son primordiales para dar a la población herramientas para evaluar y definir el futuro que desean para el país.
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Las redes sociales son en la actualidad el escenario donde se observa a los dos candidatos activamente. Hacen visitas, se censuran entre sí, sin embargo, el debate exige una atmósfera de respeto, donde se espera que cualquier cuestionamiento esté argumentado y sustentado, más allá de que el propósito del debate es conocer lo que proponen para el Ecuador de llegar a la presidencia.
En el debate de segunda vuelta se abordarán cinco temáticas, dos más que en el anterior
La participación en el debate presidencial es obligatoria, el artículo 279 del Código de la Democracia establece que ausentarse es una infracción electoral muy grave sancionada con una multa entre 21 salarios básicos unificados ($ 9.870) y 70 salarios básicos unificados ($ 32.900), la destitución o la suspensión de derechos de participación entre dos y cuatro años.
A la obligatoriedad legal hay que añadirle la obligación moral, por respeto a los electores que están en el derecho de exigir a quienes buscan llegar a Carondelet la explicación de sus planes y posibilidad de verlos enfrentar sus propuestas.
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El Consejo Nacional Electoral (CNE), por su parte, tiene el imperativo de velar porque todo el proceso de la segunda vuelta, incluido el debate, se desarrolle adecuadamente por el bien de la democracia. (O)
