La corrupción es un complejo fenómeno social, político y económico que afecta a todos los países: socava las instituciones democráticas al distorsionar los procesos electorales, pervierte el imperio de la ley y crea atolladeros burocráticos cuya única razón de ser es la de solicitar sobornos. También atrofia los cimientos del desarrollo económico y a las pequeñas empresas nacionales les resulta a menudo imposible superar los ‘gastos iniciales’ impuestos por la corrupción.

El 31 de octubre de 2003, la Asamblea General aprobó la Convención de las Naciones Unidas contra la Corrupción (Uncac) que entró en vigor en diciembre de 2005. Este instrumento se creó para hacer conciencia contra esta problemática global y difundir su valioso papel a la hora de luchar contra ella y prevenirla, la Asamblea también designó el 9 de diciembre como Día Internacional contra la Corrupción.

La Uncac cuenta con cuatro pilares sustantivos: a) Medidas preventivas: comprende acciones que deben implementar los Estados parte para prevenir la corrupción; b) Penalización y aplicación de la ley: incluye el catálogo de delitos de corrupción que deben ser tipificados en los diferentes Estados parte; c) Cooperación Internacional: contiene normativas tendientes a posibilitar la prestación de asistencia en las investigaciones y procedimientos relacionados con la corrupción entre los diferentes Estados parte; y d) Recuperación de activos: comprende normativas que pretenden establecer los lineamientos para la recuperación de activos vinculados a hechos de corrupción previstos en la Uncac.

La Convención se ratificó en Ecuador en el 2005, convirtiéndose en una herramienta práctica para desarrollar una respuesta integral a un problema global y resultó de suma importancia para alinear las diversas estrategias estatales implementadas para prevenir y combatir la combatir la corrupción, propiciar la transparencia, rendición de cuentas y participación.

La UNODC además de ser la custodia de la Uncac, brinda asistencia técnica a los Estados parte basada en una amplia gama de instrumentos internacionales, un conjunto de guías y asesoramiento en la construcción e implementación de estrategias nacionales anticorrupción y buenas prácticas de ética y cumplimiento aplicables a las empresas.

En ese contexto, actualmente la UNODC, en conjunto con contrapartes de Ecuador, ha implementando diferentes proyectos en aras de prevenir y combatir la corrupción, tales como la creación de un simulador de conflictos de interés; identificación de riesgos y vulnerabilidades en las contrataciones públicas; asesoría para la construcción e implementación de la Política Nacional Anticorrupción y su estrategia; así como capacitaciones en integridad pública e independencia judicial. Todos estos esfuerzos observando la Uncac, nuestras guías prácticas y los resultados de los dos ciclos de examen del Mecanismo de Revisión de la Implementación de la Uncac (IRM).

Afirmando nuestras esperanzas de avanzar hacia los Objetivos de Desarrollo Sostenible y la Agenda 2030, el Sistema de Naciones Unidas invita a la sociedad mundial a ser parte del cambio desde nuestros espacios, ejerciendo nuestro derecho y obligación de decirle NO a la corrupción. (O)

* Antonino De Leo es representante de la UNODC para Perú, Ecuador y responsable de la coordinación de operaciones en Argentina, Chile, Paraguay y Uruguay.