“Porque el hombre tampoco conoce su tiempo: como peces atrapados en la red traicionera, y como aves apresadas en la trampa, así son atrapados los hijos de los hombres en el tiempo malo cuando este cae de repente sobre ellos” (Eclesiastés 9: 12).

Así, de repente, en pocos días, las diferencias irreconciliables acerca del destino geopolítico de Ucrania han provocado el terror, la muerte y destrucción soviética en ese país, y una gravísima alteración al orden mundial, a su economía neoliberal globalizada y a la internacionalización comercial, fuente de la riqueza de las naciones.

Nuestros principales productos de exportación se pudren en las bananeras y plantaciones florícolas, reduciendo los ingresos a nuestra economía de cerca del 40 %, que obligan al Gobierno imperativamente a conseguir la inversión extranjera, que impulse nuestro desarrollo aliviando los efectos de estos tiempos malos.

El Instituto de Finanzas Internacionales (IIF, por sus siglas en inglés) informa acerca de la inversión de diez mil ochocientos millones de dólares en Latinoamérica, en el pasado mes de marzo, en varios países, en los que no se menciona al Ecuador como uno de sus beneficiarios. Seguramente debido a la falta de seguridad jurídica. La no aprobación de la ley de inversiones, que protegía y brindaba garantías a sus inversores externos, debido a la miopía asambleísta, mantendrá excluido al Ecuador.

El impacto negativo de la guerra ucraniana, cuya temporalidad puede ser de meses y quizás de años, si bien es cierto trae consigo el incremento de los precios del petróleo, nos favorece su exportación y representa mayores ingresos al tesoro nacional; también conlleva el incremento del precio de los combustibles, de su subsidio, del desempleo al 25 % y de la pobreza al 28 %.

El ciudadano aterrado observa cómo el crimen organizado azota al sistema penitenciario de las ciudades del país, en su lucha despiadada por el control de las cárceles, superando más de mil asesinatos en sus interiores. Mientras tanto, el sicariato diariamente continúa incontrolablemente regando por la calles de todo el país a sus víctimas, sin respetar edad ni sexo.

La crisis política por la que atraviesa el país, originada por la intención abierta de la mayoría asambleísta de la captación de los organismos que conforman el CPCCS y del real poder político que otorga, debe concluir de alguna manera. La guerra declarada entre la Asamblea y el Ejecutivo solo agrava estos tiempos malos. Lasso lo comprendió y resolvió que podría conseguirlo mediante el pronunciamiento plebiscitario. Cumplirá además su promesa electoral en mora.

La consulta deberá llevarse a cabo en septiembre próximo. Confía el presidente, obtener de esta manera, el veredicto popular favorable para la reestructuración de la Asamblea y la desaparición del CJ y del CPSCC., así como el espaldarazo cívico favorable al “gobierno del encuentro” y a su programa. Durante este lapso la mayoría asambleísta continuará haciendo uso de todo su poder legislativo para el éxito de sus propósitos de poder, que puedan enervar los que llegare a obtener el Ejecutivo con su consulta. ¡Tiempos duros! (O)