Pregunta muy frecuente y útil. Definamos subsidios: a) “Diferencia entre el precio real de un bien o servicio y el precio efectivo cobrado al usuario” o b) “Forma de apoyo que se extiende a un sector económico (organización o individuo) para promover ciertas políticas económicas y sociales”. Esto cubre un amplio espectro y así podemos clasificar los subsidios que se otorgan en Ecuador.
En la primera definición entran al menos dos importantes: uno, a los combustibles que es de unos $ 3.000 millones anuales (diferencia entre el precio de importación o el costo de producción interna, y el precio de venta al comprador final), y dos, el subsidio en las jubilaciones incluyendo Policía y FF. AA., son unos $ 3.500 millones anuales (diferencia entre lo que aportamos y lo que recibimos como jubilación).
En la segunda definición, en cambio, entran los diversos tipos de bonos que suman unos $ 1.500 millones anuales, y posiblemente los llamados “gastos tributarios” que son todas las exoneraciones fiscales otorgadas para apoyar a tal o cual tipo de individuos u organizaciones y superan los $ 7.000 millones. Total: $ 15.000 millones. ¡Un platal!
Pero creo el tema debe ser ampliado partiendo de un principio simple: (casi) todos los gastos estatales constituyen un subsidio, no mirando en agregado porque finalmente todo es pagado por alguien, sino evaluando específicamente cada uno. Por ejemplo, la educación y salud no entran normalmente en la categoría “subsidio”, pero califican perfectamente dentro de la primera definición: el Estado gasta una cierta cantidad en construir escuelas o pagar profesores, pero ese costo no lo asumen los estudiantes, asimismo, los gastos en salud, los usuarios no asumen los costos de medicinas o médicos. O las carreteras: incluso cuando hay peaje solo pagamos por el mantenimiento, no por su construcción. Y usted puede completar la lista estimado lector.
Por eso no se debe distinguir los subsidios de otros gastos, sino que en todos los casos debemos hacernos la pregunta: ¿son útiles y productivos? E incluso en caso de respuesta positiva, hay que interrogarse ¿es la mejor manera de utilizar los recursos de los ciudadanos? y ¿es la mejor manera de alcanzar el objetivo?
Por ejemplo, el subsidio a los combustibles es muy malo porque favorece a grupos medios y altos, genera contrabando y corrupción, y afecta al medio ambiente, por eso debe al menos ser focalizado. O el gasto en educación, es esencial pero manteniendo algunos principios: solo orientado a los grupos de menor ingreso y buscar otras alternativas que no sea simplemente la escuela pública gratuita sino por ejemplo entregar bonos educativos a las familias para que busquen libremente donde educar a sus hijos, y algo similar en salud. O en la jubilación, se requiere una reforma porque el 40 % de aporte estatal no llega solo a las personas adultas pobres sino a los grupos medianos. Y ciertas exoneraciones se justifican como el IVA en alimentos, pero ¿el resto?
En lugar de decir “hay que eliminar o focalizar los subsidios porque son negativos” debemos plantearnos “evaluar todos los gastos del Estado y eliminar o limitar todo lo que son de baja productividad y buscar mejores alternativas”... ¡Y hay muchísimo por hacer en eso! (O)