Envejecer nos predispone a padecer enfermedades neurodegenerativas. Mientras no haya tratamiento curativo, las medidas de prevención son el único recurso que tenemos disponible para evitar o retardar la aparición de este tipo de enfermedades.
Como la etiología del párkinson es compleja y multifactorial, por lo menos podremos actuar sobre los factores que se pueden variar, que no sobre la genética (10 % a 15 % de los casos) y la edad que son factores inamovibles.
Las investigaciones en curso están revelando varios agentes de riesgo relacionados con estilos de vida y medioambiente, algunos de los cuales pueden ser modificables o prevenibles.
Existe un rápido incremento en la prevalencia de la enfermedad de Parkinson en el ámbito mundial.
El número de personas que viven con párkinson se ha más que duplicado en los últimos 25 años.
Se estima que para 2050 el número de personas afectadas será de 25 millones.
Un tema importante de discusión es la exposición creciente a tóxicos ambientales como pesticidas agrícolas, microplásticos, metales pesados, agua contaminada y otros contaminantes como el tricloroetileno y percloroetileno (solvente industrial utilizado en la limpieza en seco y en la remoción de manchas).
Su dispersión a través del aire y el agua implica que incluso las personas no directamente expuestas pueden sufrir efectos neurológicos adversos.
Un estudio recientemente publicado en la revista JAMA reportó un mayor riesgo de enfermedad de Parkinson en quienes vivían dentro de un radio de distancia de 1 a 3 millas (de 1,6 a 4,8 km) de un campo de golf, mientras que el riesgo disminuía a mayor distancia.
Los campos de golf utilizan frecuentemente pesticidas para mantener su estándar estético y existe la posibilidad de contaminación de las fuentes de agua para consumo.
El consumo regular de café o té (2 a 3 veces por día) se considera factor protector, por su efecto antioxidante.
El ejercicio moderado/vigoroso diario es protector y terapéutico (tanto o más importante que las mismas medicinas). Se ha demostrado que el ejercicio regular puede modificar el curso de la enfermedad.
Del 11 al 13 de junio de 2025 representantes de distintos países se reunieron en la Cumbre Mundial sobre la Enfermedad de Parkinson, celebrada en Fiesole, Italia, donde se discutieron los impactos epidemiológicos y económicos de esta enfermedad.
El considerable incremento en el número de pacientes va acompañado de marcadas disparidades en el acceso a atención médica de calidad, especialmente en países de bajos o moderados ingresos económicos. El manejo de la enfermedad es interdisciplinario y se requieren campañas de educación a la comunidad. Si bien la medicina (levodopa) es indispensable, es también de vital importancia la rehabilitación física, la terapia ocupacional, la terapia del lenguaje, el apoyo psicológico/psiquiátrico. El Estado debería asegurar un tratamiento integral equitativo. (O)








