Algunas formas de gobierno, como monarquía, socialismo y democracia, han ido evolucionando. Todas requieren de unas fuerzas armadas (FF. AA.) con capacidad de defender al Estado de amenazas externas y fuerzas policiales para controlar el orden interno. Hoy, las mayores amenazas a nivel mundial son el terrorismo, narcotráfico y crimen organizado; su intensidad varía en cada país, incluso, supera la capacidad policial: ¿un gobernante debe tener temor de usar fuerzas armadas contra las amenazas?
En monarquías parlamentarias, el poder ejecutivo provine del legislativo elegido por los ciudadanos; las Fuerzas Armadas del Reino tienen como comandante al monarca, es improbable la injerencia política. En socialismo, se gobierna dictatorialmente; el Ejército Popular o Fuerzas Armadas Revolucionarias tienen como comandante al líder o primer secretario del partido, es negada una intromisión política. En democracia, el gobierno elegido periódicamente por voto universal promueve cambios constitucionales, puede ser de izquierda o derecha; las FF. AA. están subordinadas al Ejecutivo, es probable la injerencia política.
En nuestro Ecuador democrático, el incremento del crimen organizado es de miedo, vivimos en permanente crónica roja, por lo que el presidente inició un proceso para consultar al pueblo algunos temas y sobre seguridad manifiesta en su pregunta 1, que: “Actualmente, las Fuerzas Armadas no pueden apoyar a la Policía Nacional en la protección interna y mantenimiento del orden público –lo cual no es verdad, apoyan por decreto ejecutivo–. ¿Está usted de acuerdo con que se permita el apoyo complementario de las Fuerzas Armadas en las funciones de la Policía Nacional para combatir el crimen organizado, enmendando la Constitución de conformidad con lo previsto en el Anexo 1?
La respuesta muy probable será SÍ, lo que introduciría en el art. 158 de la Constitución, que determina la misión de FF. AA. y PNE, el párrafo: “Previa solicitud motivada de la Policía Nacional, la o el Presidente de la República del Ecuador podrá disponer el apoyo complementario de las Fuerzas Armadas a la Policía Nacional. Este apoyo complementario se brindará para combatir el crimen organizado de forma extraordinaria y regulada”. Así, el apoyo dependerá de una “solicitud motivada” de una institución, entonces para qué creó la Secretaría de Seguridad Pública que coordina a los ministerios de Defensa e Interior y Centro de Inteligencia.
La mejor forma de gobierno depende de la voluntad del líder para usar sin temor sus FF. AA. contra las amenazas, como el terrorismo, narcotráfico o crimen organizado, que deben ser determinadas por un consejo de seguridad de Estado o por la nueva secretaría que tiene un nivel de superministerio, y no por una institución que atraviesa serios problemas estructurales: algunos elementos, con formación deformada, saquearon los fondos de pensiones de sus compañeros y otros están en graves problemas asociados con el crimen.
¿Quiere el gobierno un Estado policial, en que la policía se autoevalúe con o sin capacidad para enfrentar el crimen organizado y motive una solicitud que seguro será permanente? (O)