No obstante la disminución de la mortalidad de la pandemia por el SARS-CoV-2, si comparamos la situación con la de un año atrás, tendremos que hacer conciencia de que la pesadilla no ha terminado y de que depende de nosotros poder salir de ella. El autocuidado y la vacunación son, al momento, las únicas opciones para mantenernos a salvo.

El proceso de vacunación en Ecuador ha tenido muchos tropiezos. Apenas llegamos al 8,5% de personas vacunadas (https://www.planvacunarse.ec) desde que se recibió el primer lote de vacunas en enero 2021. Es una de las tasas de vacunación más bajas de Latinoamérica. El reto de lograr la vacunación masiva ofrecida por el nuevo presidente requerirá de políticas claras, que incluyan organización, disciplina y voluntad. La reactivación económica del país y el restablecimiento de las familias dependen de cuán pronto estemos todos vacunados. Aun así, deberemos mantener el autocuidado hasta verificar la evolución del virus, sus variantes y su transmisión dentro de la población vacunada.

Uno de los factores claves para obtener una inmunidad adecuada es que se respeten y se cumplan los intervalos entre las dosis de las vacunas recibidas. El esquema de vacunación debe ser completo. A excepción de la vacuna Johnson & Johnson (que no tenemos en Ecuador), las demás vacunas contra el SARS-CoV-2 requieren dos dosis, separadas por intervalos diferentes según el tipo de vacuna. La vacuna Pfizer requiere un intervalo de 21 días entre primera y segunda dosis; la Sinovac, 28 días; y la AstraZeneca, de 8 a 12 semanas. En los últimos días ha habido confusión en la población, y muchas personas se han acercado a vacunar en un día que no correspondía. Los SMS por teléfono celular confirmando la cita no han funcionado adecuadamente. El nuevo gobierno ha anunciado la pronta adquisición de la vacuna Sputnik V, lo que ampliaría el número de vacunados diarios.

Una vez completado el esquema de vacunación, deben transcurrir dos semanas para que nuestro organismo cree inmunidad contra el virus. Durante ese tiempo no podemos bajar la guardia y pensar que no vamos a contagiarnos. Ha habido casos de personas que resultaron positivos para el coronavirus pocos días después de la primera dosis de vacuna, indicando ello que probablemente ya estaban contagiados cuando se la aplicaron. Debemos tener claro que la vacunación no nos libra de la enfermedad en caso de contagio, sino que disminuye su gravedad y su mortalidad, lo que, a su vez, repercute en el impacto sobre el número de hospitalizaciones y la saturación del sistema de salud.

El anuncio de la CDC en Estados Unidos sobre las medidas de relajamiento y el retiro de mascarillas en lugares públicos para quienes ya tienen vacunación completa solamente es aplicable en ese país, donde el 49,4% de la población total tiene aplicada por lo menos la primera dosis, y el 74% de la población de mayores de 65 años está completamente vacunada (https://covid.cdc.gov/covid-data-tracker/#vaccinations).

Confiamos en la gestión de la ministra de Salud para que el proceso de vacunación masiva se cumpla adecuadamente y en el tiempo ofrecido. (O)