Veamos buenas noticias en un ámbito que a tantos atrae: el fútbol. No hay mucha duda (¿o sí?) que en los últimos 15 años hemos (¿casi?) alcanzado, globalmente, el tercer lugar en Sudamérica, claro, lejos detrás de Brasil y Argentina.

Hechos. Nuestra selección ha clasificado (desde 2006) a 3 de 5 mundiales. ¿Los otros? Solo Uruguay nos supera (4 de 5). Obviamente nos falta un nuevo paso mundialista: solo una vez (2006) pasamos a octavos de final y en eso Uruguay (semifinales en 2010) y otros nos superan. La Tri sub-20 acaba de clasificar a su tercer Mundial seguido y en el anterior alcanzó el tercer lugar, solo nos superan Uruguay (tercero y cuarto en 2007 y 2017, respectivamente) y Venezuela (segundo en 2017). Y la Tri sub-17 acaba de clasificar a su segundo Mundial seguido y de manera brillante (segundos en Sudamérica). ¡Todo muy bueno!… ¿Y los equipos? Similar. LDU de Quito, ganador de Libertadores, Sudamericana (más otra final). IDV, dos Sudamericanas ganadas y una final de Libertadores. Recordando el pasado, en los 70 tuvimos a Barcelona y LDU de Quito en varias semifinales y Barcelona en dos finales en los 90. ¿Qué país nos da pelea en equipos? Solo Colombia con 4 finales (nosotros 6). Uruguay: 1 sola final.

(...) la globalización ha ampliado fronteras, competencias, premios e incentivos...

Sume, reste, ponga pesos y contrapesos, creo que el resultado agregado de selecciones y equipos es claro: estamos en pelea con Uruguay (¿ganándole?) y superamos a Colombia.

¿Razones? Muy variadas. Empezando por algo circunstancial: antes a los mundiales clasificaban solo 3 equipos del continente, ahora son 4 o 5, la diferencia es enorme, eso ha aumentado las probabilidades (estuvimos al borde de clasificar para 1966, extraños arbitrajes y perdimos el repechaje contra Chile). Un tema cultural: han amainado las broncas regionales que llevaban a escoger a los jugadores en función de su geografía y equipo, no iban necesariamente los mejores, sino los que equilibraban (o, peor, desequilibraban) el regionalismo, y por eso tampoco aprovechamos la altura de Quito (no es decisiva, pero sí importante). Visión: Draskovic hace 30 años nos empujó a aprovechar el biotipo afroecuatoriano, combinando fuerza y velocidad con mejor trabajo técnico. Un tema mundial: la globalización ha ampliado fronteras, competencias, premios e incentivos, circulación de jugadores y en particular desde la Ley Bosman en Europa que abrió más las fronteras. Un mercado de mayor calidad: empresarios se han hecho cargo de equipos, han invertido, mejorado la organización, han tenido el incentivo de su amor al fútbol, pero sobre todo de convertirlos en empresas rentables y duraderas, es decir, ahora los equipos tienen “dueños” que los pueden potenciar, la propiedad genera la posibilidad de tomar riesgos. Estrategia: hay un enfoque muy claro de potenciar a los jóvenes, porque eso mejora el juego, pero además amplía las opciones económicas, y así tenemos a varios jóvenes al borde de los grandes equipos europeos. Y quizás otras razones... Y, sorprendentemente, todo eso en medio de un campeonato bastante flojo (veo bastantes juegos en la TV o en el estadio): partidos trabados y excesivamente duros, cortes eternos, malos árbitros, calidad discutible, directiva de LigaPro medianita... ¡Mantengamos la exigencia para seguir creciendo! (O)