Vivimos en un Estado debilitado, en ruta a fallido. Hay contradicciones en la división política-administrativa del país: la vigente organiza el territorio en (24) provincias, (221) cantones y (1.499) parroquias; las nacionalidades indígenas promulgan sus territorios ancestrales y; los federalistas manifiestan la conformación de microestados.
Ponen de ejemplo a Estados federales con otras realidades... ¿Han resuelto o agravado sus problemas fundamentales?
Nuestra Constitución dice: “Art. 1.- El Ecuador es un Estado constitucional de derechos y justicia, social, democrático, soberano, independiente, unitario, intercultural, plurinacional y laico. Se organiza en forma de República y se gobierna de manera descentralizada”. Para administrarlo está vigente el ‘Código Orgánico de Organización Territorial Autonomía y Descentralización (Cootad)’, que creó los gobiernos autónomos descentralizados (GAD) y les asignó competencias. ¿Por qué no potenciar este sistema?
Las nacionalidades indígenas: se empoderan de sus territorios ancestrales, indeterminados; mediante asambleas comunales eligen su gobierno; aplican su propia justicia; algunos dirigentes durante las movilizaciones han llamado a formar su propio ejército; grupos, como los ‘puruhás’, condicionaron el tránsito vehicular en las carreteras que pasan por su ‘territorio’. ¿Es una fragmentación de la división política del Ecuador?
Las movilizaciones lideradas por dirigentes con ideología de izquierda, maoísta-mariateguista, de la Confederación de Nacionales Indígenas del Ecuador (Conaie), que asediaron las ciudades, lograron que el Gobierno firme un armisticio condicionándolo al cumplimento de 10 puntos en 90 días; si no, otro paro; y se armará la guillotina de la destitución.
Los federalistas: algunos dirigentes políticos con ideología de derecha, neoliberal, pertenecientes al Partido Social Cristiano, ponen al debate público el federalismo como salida a la débil presencia del Estado; nueva división política con un Estado federado central y algunos microestados federados o asociados, todos con poder ejecutivo, legislativo y judicial. ¡Imagínese una Asamblea como la actual y otras asambleas federales similares!, se incrementaría la burocracia e ingobernabilidad en forma exponencial.
Ponen de ejemplo a Estados con otras realidades: Venezuela es un Estado federal descentralizado, el territorio se divide en Estados, capital, dependencias federales y territorios federales. México es una república representativa, democrática, laica y federal. Argentina adoptó un gobierno representativo republicano federal. ¿Han resuelto o agravado sus problemas fundamentales?
La poca o nula presencia del débil Estado, la potente corriente indigenista y el movimiento federalista de ciertos políticos suman en contra de la unidad nacional referida en nuestra Constitución.
Para completar tenemos la acción del narcotráfico infiltrado en todos los órganos del Estado.
El presidente de la República tiene la responsabilidad histórica de evitar la fragmentación nacional, las ambiciones de Estados extranjeros y de aspirantes al poder sobre parcelas territoriales; neutralizar a golpistas y mercenarios anárquicos; protegernos del crimen organizado; y distribuir los recursos en forma justa. (O)