Continuamos... El conflicto Irán/Israel se amplió con EE. UU. bombardeando instalaciones nucleares en Irán (correctamente “atómicas”, no “nucleares”). Preguntábamos antes ¿quién apoyará a quién? Era obvio lo de EE. UU. También obvio que Rusia intentaría aparecer del lado de Irán y así fue la visita de Putin, pero la invasión a Ucrania ha mostrado sus limitadas capacidades y es un gigante que intenta proyectar una imagen de fortaleza ahora mermada. También esperada la airada voz de Corea del Norte. Más importante es China que se ha mostrado más firme del lado iraní para proteger sus relaciones con países islámicos, pero no es tan creíble porque más le interesa la estabilidad, aparecer como “pacificador” a nivel mundial y puede jugar ese rol ya que compra a Irán el 90 % de su petróleo. Hay por supuesto el riesgo de cierre del estrecho de Ormuz (entre Oman e Irán) por donde pasa el 20 % del petróleo mundial, y ahí una duda estratégica entre especialistas ¿la marina americana podría levantar ese bloqueo en días, o le tomaría meses?
Tener armas atómicas es muy delicado. No cualquiera debe poder, porque corre el riesgo de desestabilizar al mundo, e Irán ciertamente es uno de los que no puede entrar en ese club porque si bien los ataques de Israel han mostrado sus limitaciones en un conflicto abierto, es el trouble maker que intenta estar detrás de todos los “golpes malos” como en Yemen, Venezuela o los piratas en el mar Índico y con armas atómicas puede ser peor. En el fondo, pocos se arriesgarán a apoyar a Irán,
cuyo régimen puede tambalear si va muy lejos y por eso no habrá tercera guerra mundial, sin embargo, hay que mantenerlo a raya. Sin duda, como algunos señalan, tras estos conflictos hay una lucha entre las democracias (con todos sus defectos) y peligrosas dictaduras enemigas de la cultura occidental (sin el apoyo iraní muchos movimientos se debilitarían).
Otro tema militar importante: la cumbre de la OTAN (con su nuevo miembro Suecia, estratégicamente valioso), donde se discutieron dos cosas. Uno, el compromiso formal de los países de aumentar su aporte militar hasta el 5 % del PIB, aunque dudoso porque hay muy poco apoyo de sus poblaciones. Dos, la ratificación de Trump de continuar como sostén de la organización, siempre en duda ya que más de la mitad de sus votantes piensan que debería salir, y no ha sido muy claro en ratificar su creencia en la cláusula de mutua defensa de la OTAN.
Finalmente señalo mi sorpresa (o quizás no debería sorprenderme): candidato a la Alcaldía de Nueva York del Partido Demócrata es Zohran Mamdani. Musulmán, lo cual nada tiene de malo, salvo si detrás hay posiciones de odio y revanchismo en particular contra Israel, y sí hay declaraciones al menos preocupantes al respecto. Socialista, con ideas de gratuidades amplias, apoyo casi irrestricto a los movimientos GLBTI (muy respetables salvo cuando se los presenta como una identidad por encima de los demás), controles de los alquileres o intromisión estatal en los mercados. Tendencia que envenena cada vez más a EE. UU. (partiendo desgraciadamente desde los jóvenes) con un socialismo colectivista, empobrecedor, contrario a las libertades individuales y enemigo de los fundamentos que hicieron grande a ese país. (O)