Una cooperación para la seguridad con los Estados Unidos es útil para el Ecuador, pero hay que prevenir que ella se mantenga dentro de los límites de su propósito. Así, en esta visita del secretario de Estado, señor Marco Rubio, hay asuntos que nos afectan negativamente y otros que son riesgosos, porque tratan de incorporarnos a políticas internacionales de la gran potencia, con las que poco o nada tenemos que ver. De lo que se conoce, y resulta inaceptable, es que pretende imponernos recibir 300 deportados, anualmente.
El recibir inmigrantes deportados por los Estados Unidos es ilegal, inconstitucional. La soberanía se ejerce sobre el territorio del Estado y sus habitantes. Esa potestad soberana es indelegable, intransferible. De la misma manera que los Estados Unidos no transfiere, no delega, esa potestad soberana, no nos puede pedir que lo hagamos nosotros. El Estado ecuatoriano tiene que preocuparse y atender a los ecuatorianos que son deportados permanentemente de los Estados Unidos, y en condiciones deplorables, como nos informa la prensa.
Las otras cosas que deben preocuparnos son las contenidas en las declaraciones del secretario de Estado, señor Rubio, que, al ser pronunciadas en la rueda conjunta con la canciller ecuatoriana, le comprometen al Ecuador. En esta clase de ruedas de prensa internacionales, conjuntas de dos o más Estados, se supone que deben limitarse a exponer las conclusiones que han acordado previamente. Otras, no acordadas, es mejor hacerlas desde su embajada o ministerio. Las no acordadas han producido conmociones no deseadas. Mencionémoslas brevemente.
La afirmación del secretario Rubio de que no le importan lo que digan los reportes de la ONU nos coloca en una situación muy incómoda ante dicho organismo internacional y deberíamos presentar una reafirmación de nuestra confianza en él. Como esta afirmación del secretario, se refería al informe del organismo de que Venezuela no produce ni trafica drogas, y el secretario decía que sí, basado en procesos judiciales en los Estados Unidos, Maduro reaccionó acusando a Rubio de tener vínculos familiares con un condenado por la justicia norteamericana por tráfico de drogas; así, se armó una muy desagradable sucesión de acusaciones recíprocas, que alcanzaron, inclusive, al presidente de Ecuador, todo lo cual empañó los resultados de la visita de Estado. Esta polémica se hizo extensiva a un expresidente ecuatoriano, y se produjeron, inclusive, desafíos a la prueba del polígrafo.
Este incidente se ha producido en un momento regional muy tenso, por la presencia amenazadora de una flota naval de los Estados Unidos, en el Caribe, frente a las costas de Venezuela; como una pequeña lancha fue bombardeada en aguas internacionales, la ONU condenó el hecho.
Así, la visita del secretario Rubio fue enturbiada por estos hechos; y otros planteamientos del Gobierno ecuatoriano, recibieron la respuesta del secretario, de que no estaban en sus atribuciones y los pondría en conocimiento de otros departamentos, como la solicitud de rebaja de aranceles a nuestras exportaciones. (O)