Las elecciones de medio periodo en los Estados Unidos dan esperanza luego de años de ver cómo el dinero y populismo juntos son de las peores amenazas a las naciones del mundo entero. Muchos factores los identifican: la irracionalidad y desprecio frente a intelectuales durante la pandemia y la descalificación de la crisis de calentamiento global, la promoción absurda de experiencias personales como ejemplos científicos en medicina, el estilo burlón hacia sus opositores que no respeta a nadie, agresiones de parte de líderes ‘fuertes’ que evocan los rasgos físicos, raza, enfermedades y por supuesto género del contrincante. Y evidentemente la corrupción: hacer trampa en todo lo que pueden y cooptar la justicia, en el camino destruyendo la democracia.

Elecciones en EE.UU.: quién ganó, quién perdió y qué significan los resultados hasta ahora

Históricamente los estadounidenses votan a quien mejora la economía del país. Durante este periodo, el Gobierno demócrata llega a tener una de las más altas inflaciones: 8 % y encima, además un presidente impopular que no entusiasma ni a sus partidarios. Sin embargo, la mayoría de ese país salió a votar para mejorar sus vidas más allá de las dificultades económicas.

Se puede llegar a la mayoría invocando la justicia y los derechos humanos a pesar del dinero y autoritarismo.

La política de extremos que promueve Trump llevó a la Corte Suprema de su país a revertir el fallo Roe vs. Wade que desde hace cincuenta años permitía el aborto en todo el territorio estadounidense. Desde esa reversión de derechos, los votantes, en particular las mujeres jóvenes, mostraron incansablemente su enojo en manifestaciones, entrevistas, redes sociales y, sobre todo, acciones para lograr que en cada Estado –por ser un país federal– se mantenga el respeto a la privacidad e intimidad de las mujeres con el acceso a abortos seguros. Las encuestas y reportajes mostraron por varios meses cómo hasta el 74 % de las mujeres jóvenes apoyan la enmienda de derechos igualitarios y que por eso el setenta y dos por ciento dijo que es “personalmente” importante para ellas protestar ahora y oponerse a la prohibición del aborto. Así, en las seis consultas electorales sobre el aborto en los distintos estados de Estados Unidos, la posición a favor del derecho al aborto fue aprobada de manera terminante. Como dijo Hillary Clinton: “Resulta ser que las mujeres disfrutamos de tener derechos humanos y votamos”.

El tsunami rojo que pronosticara Trump y el Partido Republicano se convirtió en una brisa rosada –o lila– que enciende la ilusión de mejores días. Alrededor del mundo la proliferación de políticos populistas –en el peor sentido de la palabra por egoístas, mal educados y brutalmente oportunistas– ha empujado la grosera idea de que pensar menos y burlarse más es suficiente para llegar a gobernar los espacios locales y nacionales. Ante la derrota, Trump dijo algo que hemos escuchado aquí también: “Creo que si (los republicanos) ganan, yo debería recibir todo el crédito. Si pierden, no se me debe culpar en absoluto”. El supuesto de que las personas votan a favor de la demagogia se escucha constantemente. Las elecciones de la semana pasada en los Estados Unidos muestran que quienes sostienen esa opinión están errados. Se puede llegar a la mayoría invocando la justicia y los derechos humanos a pesar del dinero y autoritarismo. (O)