En medio de los problemas nacionales… miremos al mundo. Tema impactante: el valor del bitcóin ha superado los $ 50.000 y algunos creen que pasará a $ 100.000 este año.

Volvamos al pasado. En octubre 2008 nacía el bitcóin, primera moneda virtual descentralizada. Su intención: “efectuar pagos en línea directamente de una persona a otra sin pasar por una institución financiera”. Apareció como secuela de la crisis financiera que “desprestigió el sistema de monedas tradicionales en que una élite se enriquece, establece reglas y las impone”. ¡Nació como un grito de liberación! En mayo 2010, alguien paga a un internauta 10.000 bitcoines por 2 pizzas. Cada bitcóin apenas valía 0,00076 dólares. En 2017 llega a $ 20.000, luego la “burbuja” estalla en 2018 y vuelve hacia $ 5.000. Y en estos meses se ha multiplicado por 10.

La idea central, como dijimos, es una moneda que no dependa de bancos centrales o privados. La creación de bitcoines se hace a través del proceso de minería (nombre dado para recordar la extracción de oro que generaba monedas basadas en metales concretos), donde se crean bitcoines resolviendo problemas matemáticos, por lo que se recibe un pago (antes 50 nuevos bitcoines, ahora 6,25). ¿En qué está respaldado? Es una moneda sin ningún respaldo, así como el dólar no está respaldado por nada. Su valor no es la electricidad ni las computadoras que los crean, sino que cada bitcóin le da al usuario la capacidad de participar en muchas transacciones en una red. El bitcóin es una moneda (hay cientos de otras criptomonedas ahora) que se usa si la gente decide usarla. Y vale si los usuarios deciden valorarla. ¿Usuarios? Por un lado, empresas como Paypal o Square (muchas más en camino) que han decidido aceptar también el bitcóin como medio de pago, y por otro lado, los que quieren usarla para pagos de la vida diaria.

¿Por qué ha subido tanto de precio? Por un lado, porque tiene cada vez más usuarios (de ambos lados de la mesa) que confían en que este tipo de monedas alejadas de los bancos son una buena opción, yo mismo lo he dicho “Pronóstico: probablemente, en 20 años, las criptomonedas podrían llegar a representar alrededor del 20% de las transacciones monetarias mundiales” (ver mi libro del 2019 Sin (buena) economía no hay paraíso). Por otro lado, porque también sirve como activo (como comprar una casa o guardar dólares) y ante la enorme inyección de dinero de los bancos centrales que desvaloriza a las monedas tradicionales, parece ser un buen refugio. También lo es porque tiene un límite de creación de 21 millones de bitcoines y nos vamos acercando: la escasez aumenta su valor. Finalmente, porque en el mundo hay una burbuja de activos creada por los bajísimos intereses de los bancos central y su enorme creación monetaria.

¿Tiene críticas? Claro, las señalaba ya en mi libro. Uno, la red solo puede tratar de 5 a 10 operaciones por segundo, frente a miles en las tarjetas de crédito. Dos, usa enormes cantidades de energía para su procesamiento. Tres, hay un riesgo de operaciones clandestinas y peligrosas. Cuatro, podemos estar en una nueva burbuja que estalle… Roubini lo resume: “Es un sistema más primitivo que el de los Picapiedra que usaban conchas”… pero ¡las criptomonedas (bitcóin u otras) estarán en su futuro! (O)