El pavo relleno asado al horno es el protagonista en la mesa de muchas familias al momento de celebrar las fiestas de Navidad y fin de año. Sin embargo, podría servir no solo para contribuir a pasar un momento agradable en familia, también para recordar la interesante paradoja del pavo propuesta por el filósofo, matemático y escritor británico Bertrand Russell y retomada por el investigador libanés Nassim Taleb en su libro El cisne negro (El impacto de lo altamente improbable).

El paradigma de la verosimilitud

Pensemos en el pavo al que se le da de comer todos los días, cada vez que le den de comer aumenta su creencia de que la regla general de la vida es que lo alimenten todos los días unos seres humanos “que velan por sus intereses” hasta un día antes de la fiesta, cuando sucede un hecho imprevisto que lo obliga a cambiar sus creencias.

El pavo nunca se había imaginado que su vida habría terminado de un modo tan trágico y repentino; mucho menos ser capaz de predecirlo. Estando completamente absorto en su rutina, su error ha sido pensar que la dirección de su vida iba a ser alterada, dado que su punto de vista era el de tener una vida estupenda y con pocas probabilidades de verse truncada.

El caso del pavo puede generalizarse con cualquier situación de la vida: es muy fácil asumir que lo que ha estado funcionando hasta ahora siga ocurriendo, sin entender que todo lo que tenemos es temporal, ya que el mundo está en constante cambio y, por lo tanto, nunca podemos estar del todo seguros de lo que es cierto hasta que funcione. Ilustra nuestra tendencia a desarrollar creencias sobre ciertos temas, a inferir conclusiones muchas veces falsas basadas en un número limitado de nuestras propias observaciones y opiniones de quienes conforman nuestro mundo cercano.

Evitar fracasos... pasa inexorablemente por aprender de la metáfora del pavo.

El pavo ilustra también la fragilidad de la estabilidad en la que vive, al igual que nosotros vivimos un entorno político, económico, tecnológico, ambiental y social de gran fragilidad, que en cualquier momento puede cambiar.

Las reflexiones que se pueden inferir de la paradoja del pago son poderosas para vivir y actuar en un mundo que se entiende poco: nunca trates de predecir el futuro mirando solamente al pasado, abraza la incertidumbre para que el cambio no te abrume, recuerda que el futuro será progresivamente cada vez menos predecible, pon atención a aquellos sucesos que pueden tener efectos muy negativos para tu actividad o negocio por pequeños que sean, para que te anticipes a sus efectos y estar siempre dispuesto a cambiar y experimentar ágilmente, organizarse internamente para tener una organización que resista cambios drásticos.

También es clave mejorar la capacidad de sacar conclusiones verdaderas al contemplar los acontecimientos que se dan. Para que se dé, es necesario cuestionar los supuestos y creencias, no creer en todo lo que se ve o escucha a la primera, contrastar las opiniones con personas diversas, acudir al mejor conocimiento existente y a data dura y fuentes confiables, utilizar métodos de análisis y fundamentar las conclusiones.

Evitar fracasos personales, empresariales, políticos en el 2024 pasa inexorablemente por aprender de la metáfora del pavo. (O)