El COVID–19 causa un cambio drástico en nuestras vidas para tener días difíciles, incertidumbre.

Repentinamente las rutinas de cada persona cambiaron al confinamiento, temporalmente, en los hogares. La mayoría de personas debió aprender a manejar mejor la tecnología, las computadoras y celulares; hablar con familiares por medio de las redes sociales. Pero sin lugar a dudas lo más impactante es cómo una gran parte de la población fallece.

Dos años alejados de las personas con las que compartíamos todos los días el trabajo, amigos; para verlos mediante un dispositivo electrónico. La vida es sedentaria porque permanecemos en casa, existen daños económicos, reducción del comercio, disminución de empresas y personal, paralización del turismo, etc.

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Cabe recalcar que la pandemia de COVID–19 da enseñanzas, valorar a las personas, amigos, familia. (O)

Arlette Milena Roggiero Paredes, 18 años, universitaria, Guayaquil