¡Vamos, Guillermo!, la paz, la salud y la prosperidad son hijas de una misma madre: la libertad. Libertad para reír, para llorar, para comprar, para vender, para expresar nuestras opiniones y para planificar el futuro de nuestros hijos. El mejor país del mundo es aquel en donde siempre se pueda respirar la libertad.

En las urnas, el país ya gritó con júbilo: ¡vamos, Guillermo!, vamos por el país que necesita reinyectar valores morales a nuestra juventud. Vamos con el impulso de la confianza de aquella tribuna llamada pueblo. Vamos, Guillermo, por nuestras familias dolidas, víctimas de la brutal pandemia. Vamos, Guillermo, hombre que desde muy joven aprendió que el ahorro es el primer ladrillo que se coloca en la edificación del progreso. Estamos de pie con el aplauso de la esperanza, el aliento de quienes desean un trabajo, y la extrema ilusión de tener un Ecuador altamente desarrollado. ¡Vamos, Guillermo! (O)

Álex Eduardo Kalil Quevedo, Guayaquil