El gran poeta José Joaquín de Olmedo escribió el Alfabeto para un niño y cuando leemos estos versos ejemplares, que representan lo que una persona sabe amar: su tierra, su hogar, nos damos cuenta el gran cambio que les ha ocurrido a través del tiempo a los ecuatorianos, donde el odio ha invadido a nuestra gente, creando en el país un ambiente mustio y desolador, donde nuestras esperanzas de vivir en paz se desvanecen y de alguna manera todos tenemos algo de culpa.

Deberíamos preguntarnos: qué esperamos lograr con estas actitudes; qué queremos para las futuras generaciones; qué ejemplo de amor a la patria les estamos dando, si desde un tiempo atrás existe una avalancha de ambiciones por el poder, nadie acepta ni reconoce que el otro está bien.

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Paros: consecuencia del abandono gubernamental

¿Qué pensarán los jóvenes al ver las noticias con desagravios, insultos, piedras, golpes, bala, fuego, los unos contra los otros y sigue la marcha de la destrucción? Mientras tanto en el laberinto de sus pensamientos se hace presente la inestabilidad causada por estas malas acciones, es en este momento que la delincuencia y las drogas podrían llamar su atención, causando sufrimiento a sus familiares.

Unas lágrimas caen por mis mejillas y pienso también en los jubilados de mi patria, quienes con 40 años de trabajar y servir a la patria hoy vivimos encerrados por la delincuencia, la ambición al poder de algunos que están quitándonos lo poco o lo mucho que nos queda de vida, eso es cruel e inhumano.

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Vida, valores fundamentales y el modelo de sociedad

Ojalá recapacitemos y nos demos cuenta de que vivimos en un país bendecido por Dios con tierra fértil y habitable, lleno de paisajes hermosos, bañado por el océano Pacífico, cruzado por la cordillera y bendecido con las islas encantadas. Aprendamos a vivir con amor y gratitud, no perdamos el tiempo, todo se arregla mientras exista el deseo de vivir en paz y hermandad. (O)

Alicia Carriel Salazar, docente, Guayaquil