No solo usted está con “chuchaqui” por el triunfo del no en la última contienda electoral. Más afectados estamos los que vivimos con la esperanza de mejores días y creemos en el Estado; mejores días ya los logró un pequeño grupo de empresarios, etc., en nuestro querido Ecuador. Un 41,30 % votamos por el sí, porcentaje magnífico.
Las consultas populares son un medio que utiliza la población para dejar constancia de su falta de felicidad a consecuencia de no haber sido bien gobernados. Se dice que hay que pelear utilizando la fuerza del adversario. Él nos ha traído una serie de críticas tanto a usted como a su Gobierno; ya están hechas y, como son críticas, tienen más credibilidad que los elogios. El desempleo e inseguridad son los más graves problemas de la nación. Hay que hacerle frente a la campaña que ataca al Gobierno. Me preocupa la presencia de leyes antiobreras, como lo es la jubilación patronal y que nuevas regulaciones y leyes, en vez de crear empleo, lo reduzcan; también es preocupante que solo se piense en los trabajadores y no en los jubilados del IESS. El Gobierno de Noboa estudia vías para “destrabar” las disposiciones constitucionales que impiden la inversión privada en sectores estratégicos; se trata de un plan de consultas a la Corte Constitucional, que ya ha sido recibido con críticas. Dicho plan debe tener mucha agilidad y no tiene por qué convertirse en pérdida de tiempo. Lo que requiere enmienda hay que enmendarlo. Hay que mejorar la Constitución; ella lo permite; se pueden cambiar muchos artículos.
El presidente está de acuerdo y ofrece obras públicas para el Ecuador; esto es importantísimo. Habrá carreteras, hospitales y la obra más necesaria y difícil de implementar, un sistema de manejo del inventario y distribución de medicamentos. El encargo a la vicepresidenta, magnífico. Presidente, rehabilite el sistema ferroviario, liberador de la clase indígena; de las mil razones para hacerlo, solo le voy a mencionar una: cada paro o protesta indígena le cuesta al Ecuador mucho más dinero de lo que vale la rehabilitación del sistema ferroviario. Del paro no queda nada, en cambio la rehabilitación queda. La democracia en el Ecuador está amenazada y la palabra cumplida del presidente dispersa y ahuyenta temores. (O)
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Rafael Mendoza Avilés, abogado, Guayaquil


















