Siempre me impresionó lo que decía George Bernard Shaw en uno de sus escritos: “Quiero haber sido bien utilizado cuando muera, puesto que cuando más duro trabajo, más vivo me siento”. Disfruto de la vida misma, la vida para mí no es una “breve llama”, es como una magnífica que ahora sostengo en la mano, deseo que arda con todo su esplendor antes de entregársela a las futuras generaciones.
Todos tenemos en esta vida un principio y un fin, todos somos miembros de esta extraordinaria raza cósmica, donde todo es vacío, radiante y luminoso por sí mismo, todo es nuestro y de todo podemos disfrutar, de las ideas de los grandes pensadores y sabios y no cuesta nada, solo hay que conocerlos.
La vida tiene un propósito para todos, no se necesita ser político, sea lo que le guste y hágalo bien: un buen padre de familia, un buen obrero, un buen agricultor, un buen mecánico, un gran profesor, un gran ciudadano que lucha por algo que le gusta por muy insignificante y sencillo que sea, pero que sea suyo, su creación, su sueño, su alegría, algo que lo haga sentir feliz, alegre y satisfecho, no se admire por lo que el otro hace, hágalo usted también que si él pudo, usted también puede.
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Todos tenemos un propósito en esta vida, por esto estamos, somos producto de un milagro de millones de espermatozoides, solo uno llegó, ese eres tú, un triunfador.
Soy más viejo que el tiempo y jamás recuerdo por ninguna circunstancia haberme quedado en casa sin hacer nada, salvo cuando me intubaron porque no tenía escapatoria, me dijeron que iba a vivir con un tanque de oxígeno y al mes estaba en la clínica trabajando y subiendo escaleras.
Le recomiendo, querido lector, apartarse de los sufridores y viciosos, como decía el físico alemán Albert Einstein: “Los grandes espíritus siempre han encontrado una violenta oposición por parte de las mentes mediocres”. (O)
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Hugo Alexander Cajas Salvatierra, médico y comunicador social, Milagro


















