Estas elecciones han puesto de manifiesto la urgente necesidad de abordar de manera integral los desafíos que enfrenta nuestro país, particularmente en lo que respecta a la seguridad y la salud pública. La contienda electoral, que movilizó a millones de ciudadanos, evidenció la relevancia de estas temáticas en la agenda nacional y dejó claro que los cambios en la política de seguridad tendrán repercusiones directas en el bienestar de la población.
Durante el periodo electoral se implementaron diversas medidas de control, como el cierre temporal de algunas fronteras y el refuerzo de la presencia policial en zonas estratégicas, con el objetivo de garantizar la estabilidad durante la campaña. Sin embargo, estas acciones, si bien contribuyeron a contener ciertos índices delictivos, también generaron dificultades en la logística de atención sanitaria, especialmente en las áreas rurales donde la movilidad es esencial para la distribución de insumos médicos.
Lecciones de la primera vuelta electoral
En este contexto, es imperativo que el Estado y el sector privado colaboren para fortalecer la infraestructura tecnológica en estas regiones y capacitar a los equipos de salud en el uso de plataformas de telemedicina, la cual surge como una alternativa prometedora para paliar algunas de las deficiencias evidenciadas. Al permitir consultas médicas a distancia, esta herramienta tecnológica puede garantizar que la población de zonas remotas continúe recibiendo atención de calidad sin poner en riesgo la seguridad de los profesionales y pacientes.
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El impacto de las medidas de seguridad no se limita únicamente a la logística médica. La exposición constante a un entorno de alta tensión y a la incertidumbre ha tenido consecuencias palpables en la salud mental de la población. Según datos recientes del Ministerio de Salud, entre enero y julio de 2023 se registraron 619.781 atenciones por problemas de salud mental, evidenciando un incremento del 58 % en comparación con el mismo periodo del año anterior. En este sentido, la ansiedad y la depresión se han convertido en diagnósticos recurrentes que requieren atención urgente y especializada.
Ya es hora de que gane el pueblo
Es fundamental que las autoridades implementen políticas que integren la seguridad con el bienestar sanitario. Esto implica establecer protocolos conjuntos entre el Ministerio de Salud y las fuerzas de seguridad, de manera que las medidas destinadas a proteger a la ciudadanía no perjudiquen el acceso a servicios médicos esenciales. Asimismo, se debe fomentar la participación de la comunidad y garantizar la transparencia en la difusión de datos, lo cual permitirá identificar áreas de mejora y ajustar las políticas de manera efectiva.
Las elecciones han sido un llamado a la acción para repensar el modelo de gobernanza en nuestro país. La experiencia electoral dejó en evidencia que la seguridad y la salud pública son dos pilares interconectados, cuya fortaleza depende de un enfoque integral y coordinado.
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Solo a través de un esfuerzo conjunto entre el Estado, el sector privado y la sociedad se podrá construir un Ecuador en el que cada ciudadano, sin importar su ubicación, tenga acceso a servicios de salud de calidad y se sienta protegido frente a los desafíos de la inseguridad. (O)
John Farfán R., doctor, Guayaquil