No puedo salir tranquila a la calle porque siempre estoy pensando qué me puede pasar, porque a los ojos de ciertos hombres que ven a las jóvenes, miran el cuerpo y dicen palabras desagradables.

Según esos hombres, las mujeres son “provocativas”. Espero que lo que provoque revuelo no sea mi apariencia sino mi discurso; pretende buscar equidad, que reconozcamos mujeres y hombres los roles y las diferencias que tenemos, y aprendamos a convivir sin necesidad de oprimirnos, faltarnos el respeto los unos a los otros.

Cuando se le arrebata la vida a una mujer, ¿importa?, a cuántas mujeres víctimas (por acoso, muertes, abusos, etc.), a miles, no les han hecho justicia.

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Como estudiante, cada vez me sorprende más ver que ciertos adultos que deben ser el ejemplo de los jóvenes realizan opiniones que son retrógradas, que apoyan que la mujer sea oprimida, no la respeten. Me niego a aceptar la frase “es que son de otra época”. Nosotras somos humanas. No sé qué está pasando en nuestra especie, pero a este ritmo de la cultura no hay nada que esperar. (O)

Arleth Michelle Guaillas Endara, Guayaquil