No es que me arrepienta de mi vida, pero sí de algunas cosas que descubro con la edad, y que no fueron muy efectivas para conservar ese proyecto de juventud. Haberme dejado llevar por esas emociones primigenias, con las que abrimos los ojos a la vida, resultó que no han sido bien gestionadas, de acuerdo con lo que ahora (con toda la información adquirida) me sugieren esas neuronas que ya, como yo, tienen una edad madura.

El reto de estar vivos con esta apariencia desaparecerá el mismo día en que el alma inicie su próximo viaje a la siguiente realidad. (O)

Jesús Sánchez-Ajofrín, Albacete (España)