El Gobierno estadounidense ante el problema del coronavirus y sus variantes nuevas y peligrosas está prestando gran ayuda a los países donde el problema de salud por los contagios y las muertes ha pegado con fuerza; mediante sus ventas y obsequios de millones de vacunas para combatir el COVID o al menos para apaciguar sus graves consecuencias. Dicha política humanitaria le ha traído como resultado el mejorar sus relaciones con países del tercer mundo. Pero China y Rusia no se quedan atrás en el mismo objetivo de solidaridad por la pandemia.
Estados Unidos goza de economía saludable pese a los efectos del coronavirus, está protegiendo a los desempleados y permitiendo a los migrantes puestos de trabajo. Para una potencia mundial como Estados Unidos, los problemas internacionales son importantes y no hay países con los que se puede diferir su atención. (O)
Sucre Calderón Calderón, abogado, av. Samborondón