A cierta candidatura confiero como beneficio la experiencia empresarial generadora de empleo, producción, desarrollo, su conocimiento de la realidad nacional y ecuanimidad.

A otra opción atribuyo el valor de juventud, preparación e ímpetu que contrastan con su visión populista entregada al proyecto nacido en el Foro de Sao Paulo, lo que ha significado para algunos países de América la partida de defunción por sufrir epidemias de miseria, injusticia, ausencia de libertad, que provocan migraciones; tendencia que promete perennizarse para beneficio de una élite estratégicamente posicionada entre la complicidad y la mentira, anunciando con prepotencia un retorno vengativo.

La obligatoriedad del ejercicio del voto en la segunda vuelta electoral nos pone a unos a rendir cuentas a nuestra conciencia y moral, y a otros a ser coautores de intereses mezquinos de otros. Sería cómplice si a sabiendas de que un gobierno populista acabará con la democracia y lo poco de dignidad que nos queda, yo votara por elegirlo; caería en el sociodestructivismo que es la experiencia del socialismo. El mentiroso es padre del cómplice, ya que este vive a su amparo. Para mantener un régimen populista totalitario, la mentira es el arma para difundir sus postulados alienantes que mantienen la obsecuencia de los beneficiarios. Para lograrlo abusan de discursos lastimeros, gestos, publicidad y documentos forjados que configuran engaño. (O)

Publicidad

Joffre Edmundo Pástor Carrillo, licenciado en Educación, Guayaquil