En esta época del año, cuando las luces y los adornos iluminan nuestras calles, y los mensajes de buenos deseos inundan nuestras redes sociales, me pregunto: ¿qué es lo que realmente celebramos en Navidad?

He tenido la oportunidad de reflexionar sobre los cambios que la sociedad ha experimentado en los últimos años. La tecnología ha avanzado a un ritmo vertiginoso, y con ella, nuestras costumbres y tradiciones han cambiado. Pero, ¿hemos perdido el enfoque de lo que realmente importa?

La Navidad es un tiempo de celebración, pero ¿qué es lo que realmente celebramos? ¿Son los regalos, las fiestas y los excesos? O ¿es algo más profundo, algo que va más allá de lo material?

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La palabra Navidad proviene de natividad, que significa nacimiento. Es el recordatorio del nacimiento de Jesús, un momento que cambió el curso de la historia. Es un tiempo para reflexionar sobre el amor, la familia y la fe, la esperanza y el amor.

Pero, ¿no parece que hemos perdido el rumbo? La tecnología nos ha llevado a un mundo donde la comunicación es instantánea, de adicciones raras e incertidumbre, pero ¿realmente nos sentimos más conectados? Las redes sociales nos muestran vidas perfectas, pero ¿realmente somos felices?, ¿o no?, ¿o mostramos máscaras para ser aceptados?

Es hora de recuperar el significado de la Navidad. No se trata del dinero o los regalos, se trata de lo que realmente importa: la familia, la oración, el regocijo, la reflexión.

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En un mundo donde la inteligencia artificial y la tecnología avanzan a pasos agigantados es fácil olvidar lo que nos hace humanos. Pero, la Navidad nos recuerda que hay algo más allá de lo material, algo que nos conecta con algo más grande que nosotros mismos. Así que este año hagamos un esfuerzo por recuperar el verdadero significado de la Navidad. (O)

Javier Sebastián Barragán Rovira, abogado, Guayaquil